martes, 6 de enero de 2015

De 9 a 5





La oficina de mi empresa no es particular, es una oficina como otra cualquiera. ¿Y cómo son? Una oficina es un lugar gris, de moqueta pardusca, luz artificial, aire viciado, cubículos, olor de comida recalentada en tuppers y perfumes baratos. Un lugar en el que entras y se detiene el tiempo, en el que como dice la canción de Dolly Parton: de 9 a 5 Usan tu mente, y nunca te dan reconocimiento, suficiente para volverse loco, si les dejas.




 


 
 



Al menos así es la mía.

Cuando entré por primera vez hace unos años y me senté en la sillita giratoria con los pies colgando los tubos fluorescentes del techo iluminaron mi cara y se apagó un poco mi corazón.

¿Cómo sobrevivir a un trabajo que no te gusta en una oficina sin volverse loco? Descubrí que algo se puede hacer:

1-  Detectar el rol que cumple cada persona que trabaja allí.

Aquello es como un instituto donde cada uno tiene un papel y se forman grupos. Hay que intentar no pertenecer a ninguno para ver sus conflictos desde fuera que es mucho mas divertido. Para no quedarse sólo hay que buscar un aliado e ir los dos por libre, ser las "Romy y Michele" de la oficina. Algunos roles de oficina a identificar:

El recaudador: Recoge el dinero para el cumpleaños de Juani, el regalo para el bebé de Conchi, la lotería, organiza el amigo invisible y la cena de navidad. Es útil porque se encarga de lo que para todos es un coñazo y lo hace con gusto. 
*En su mesa hay una botella de cocacola que le da energía, no puede parar de organizar.

La chispa: Todavía contesta al teléfono diciendo "Digamelón" y es un problema. El tamaño del problema varía dependiendo del puesto que ocupe porque el gracioso puede ser un compañero o puede ser tu jefe. Si hay varios estás perdido, cada uno luchará por ser el más gracioso de todos y te matarán con sus bromas. 
*En su mesa hay una botella de una bebida isotónica porque luego va a echarse un partidillo con los amigos.

Madre Amantísima: tiene varios hijos, incluso gemelos, que son el centro de su vida y sus conversaciones. Lo que distingue a Madre Amantísima de las demás madres de la oficina es que ella también es madre en el trabajo, de hecho quiere ser tu madre y darte remedios caseros para tus males. Es a la que debes acudir si necesitas algo porque lleva de todo en su bolso: medicinas, pañuelos, compresas, imperdibles, crema de manos, un minicosturero, un cuchillo.
*En su mesa hay un termo con una infusión casera de piña y espárragos que para la retención de líquidos es un primor. 

El coach: El coach es un compañero que tiene consejos hasta para los problemas que no tienes, y te los quiere contar. Es súper positivo, alegre, optimista, profundo y pesado. Si pudiera escribiría sus emails con la tipografía de Mr. Wonderful. Huye.
* En su mesa hay una botella de agua mineral porque es natural, el agua es vida, nosotros somos agua y por lo tanto estamos rebosantes de vida, no necesitamos nada más para calmar nuestra sed.

El mustio: Ha perdido su joie de vivre y en parte es normal porque trabaja allí. Su función es retroalimentar al coach y darte la vara a ti recordándote lo horrible que es aquel lugar y vivir en general. Huye también o te atrapará y te convertirá en otro mustio.
*En su mesa hay una botella vacía. Ya si eso irá luego a por otra, o no, total para qué.

Hay muchísimos más, debes descubrirlos tú mismo y comprobar cual es el tuyo.


2- Poner motes que utiliceis sólo tu aliado y tú. 

Cualquier cosa tonta, ¿que tu jefe es un ser que desprende tanta testosterona que es capaz de dejar embarazada a cualquiera con mirarla a los ojos? Pues entonces es Testosterona Martínez o Bertín Osborne. No se trata de ser cruel y ofender, eso no, hay que ponerlos con cariño.







3- Aquello es gris, hay días que cuesta ir y hay que motivarse con algo, así que elige un compañero con el que tontear sutilmente. Ya se sabe "donde tengas la olla no metas..." por eso no debe acabar en nada, sólo algunas miradas cuando levantes la vista del ordenador o coincidas en la fuente del agua.


 




4- Dependiendo del tipo de trabajo concederte tus pequeños caprichos. 

Hacer cosas que no están prohibidas o no afectan al trabajo pero sabes que no están del todo bien. Yo soy teleoperadora, así que cuando me topo con un cliente muy maleducado le llamo a la hora de la siesta, o pongo caras y hago muecas que expresan lo que no le puedo decir mientras hablo con él. También puedes contestar cuando recibes un email desagradable apretando las teclas fuerte con desprecio: E-S-T-I-M-A-D-O C-L-I-E-N-T-E,  nadie lo notará y liberarás tu ira.  Es un poco triste, lo sé, pero cada uno sobrevive como puede.

5- Tararear.

Yo no sé en otras oficinas pero en la mía no está permitido escuchar música, ¿Pero quién puede prohibirte tararearla mentalmente? Primero en tu cabeza, después empiezas bajito sin darte cuenta, se la pegas al de al lado, que se la pega al siguiente, y de repente nadie sabe porqué pero toda la fila está tarareando Edelweiss como si fuerais la familia Trapp y el ánimo cambia.


Para terminar os voy a decir algo que os dará esperanza si tenéis que trabajar en una: entre todas las cosas que dan pereza de una oficina (echar piropos a fotos de bebés desconocidos, oír recetas de dieta y de bizcocho al microondas, conversaciones sobre sus maridos y casas adosadas, bodas, gimnasios, guarderías, las rebajas del Hipercor, lo bien que está 50 sombras, comentar la serie que echaron anoche en la tele...) a veces puede pasar algo bueno.

Recuerdo el día en que mi compañera, llamémosla Romy, me miró muy seria y me dijo: "He decidido que te quiero", después volvió a mirar a su ordenador y siguió trabajando como si nada. 

Hasta en el lugar más deprimente puede pasar algo bonito y eso es maravilloso.


 





3 comentarios:

  1. Me ha encantado! por aquí me quedo. Ánimo con el blog y muucha paciencia que a veces se hace cuesta arriba el mundo blogger! Con entradas como ésta va a ser pan comido conquistar internet! muaaks

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  2. ¡Qué ilusión que a alguien le guste la primera cosa que escribo!

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